Lo único en lo que ha confiado es en su propia espada. Sin amigos, sin familia y sin un lugar al que llamar hogar, el solitario espadachín Guts ha estado vagando como mercenario por tierras asoladas por la Guerra de los Cien Años. Con una espada más larga que su propia estatura, Guts derrota a poderosos enemigos con facilidad. Quien pone sus ojos en Guts es Griffith, líder de los mercenarios de la Banda del Halcón. Con una ambición muy arraigada y una capacidad de liderazgo mucho mayor de lo que sugiere su belleza, Griffith se impone a Guts en un duelo, atrayéndolo así a la Banda del Halcón. En el transcurso de numerosas y duras batallas, los camaradas establecen vínculos de confianza entre sí. Los lazos entre Griffith y Guts, en particular, se convierten en algo especial. Finalmente, la Banda del Halcón se une a las filas del ejército regular del reino de Midland, pero esto no es más que el primer paso en los grandes designios de Griffith. Mientras tanto, Guts empieza a albergar dudas sobre una vida dedicada sólo a blandir su espada como parte del sueño de Griffith. Pero poco sospecha del terrible destino que ese sueño interminable les ha deparado a ambos.
